No niego que me cuesta aceptar los brotes del otoño
no niego que me cuesta soltar el sol
ni niego que me cuesta contemplar el otoño engendrado en el verano
No niego que me cuesta mirarme en otoño
dejar caer las hojas
sacudirme las lágrimas
dejar el rojo furioso del sol
y arroparme de tibieza para mi invierno
No niego que me cuesta abrir los ojos a los nuevos colores del otoño
permitirme ser pintada con lo nuevo
permitirme ser abrazada por ese viento suave y más frío
permitirme ir hacia adentro a mirar los tesoros que dejó el verano
permitirme caminar más lento,más lento sintiendo los latidos de mi corazón
No niego que me cuesta creer que los ciclos traen sabiduría
que me envuelven cada día de cabellos de lunas
de vestidos de paciencia y chalecos de botones coloridos
No niego que me cuesta abrirle la puerta a la esperanza
a la solidez de la muerte
No niego que me cuesta a veces estar viva en otoño
recogiendo tesoros de hojas secas
huellas húmedas de olvido
coleccionando fotos de cumpleaños
No niego que me cuesta mirar el pasado como un verano que ya pasó
no niego que me cuesta decir sí a este otoño
que se acerca como un niño detrás de las faldas de su madre
y que me hace guiños de complicidad suave suavemente
para invitarme al invierno.
No niego que me cuesta
dar el paso...
dar el paso a sentirme cada día más viva en otoño.
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